jueves, 28 de diciembre de 2017

Un pañuelo por la cara

José Oto, que comenzó como tañedor de rondalla, junto a Felisa Galé

José Oto ha sido, sin duda, el más grande jotero de todos los tiempos o, al menos, desde que existen los registros sonoros. Y no sólo por sus extraordinarias facultades vocales, sino también por su carácter y temperamento. De él dijo Galán Bergua en El Libro de la Jota Aragonesa (1966),
“José Oto (...) era baturro por antonomasia…por su presencia y potencia, por su sencillez, por su naturalidad, por su modestia y por su rudeza y tosquedad atractivas que encerraban bondad y sinceridad, por su nobleza y por su incomparable reciedumbre…” (p.820)“…su voz ha sido una de las más hermosas y perfectas en los anales de la jota cantada” (p. 821)

Su vida está repleta de anécdotas y curiosidades que darían pie para el guión, cuando menos de una película, si no de toda una serie de televisión. Vivió un apasionado romance con la que también fue su pareja artística, la inigualable jotera Felisa Galé con quien convivió sin estar casados hasta la muerte de ésta, lo que evidencia el carácter de ambos, teniendo en cuenta lo que eso significaba en la sociedad zaragozana de los años 40.

Felisa Galé junto a José Oto
Cuando Felisa Galé falleció, un 16 de agosto de 1948, tras una enfermedad de dos años, dejó a Oto hundido en la más absoluta desolación. Ya nunca más volvió a ser el que era. No volvió a cantar como lo hacía. El dolor por la pérdida de Felisa le afeó el carácter y se encerró en la bebida lo que derivó en problemas psiquiátricos que le llevaron a terminar malviviendo en una humilde habitación del hotel Vasconia y muriendo en la Casa de Socorro, prácticamente en la indigencia, a pesar de haber ganado años atrás una pequeña fortuna como jotero de éxito.

Cuentan que en el entierro de Felisa Galé, José Oto quiso brindarle el homenaje que el amor de su vida se merecía como él mejor sabía hacer, cantando precisamente esa copla que tantas veces había entonado y que dice:
Cuando se murió le puse
un pañuelo por la cara
“pa” que la tierra no toque
boquica que yo besaba.

En realidad lo intentó, porque apenas comenzó a entonar la primera estrofa, rompió a llorar y no pudo continuar cantando. Y es precisamente esa apasionada historia de amor y ese preciso momento en el que aquél hombretón tosco y rudo rompía a llorar como un niño pequeño el que inspiró al aragonés Francisco de Val para escribir la letra de este pasodoble cuyo argumento parece surgido de una novela romántica de principios de siglo.

Disco de piazara del sello Odeón (1941) de José Oto en el que interpreta
las jotas Un pañuelo por la cara y Tengo que subir, subir...
Algunos cronistas fijan el origen de esta copla en el entierro de Felisa Galé pero es un dato erróneo ya que Oto la había interpretado con antelación en numerosas ocasiones. Incluso la había grabado ya con anterioridad en discos Odeón, en 1941.

Portada del disco de LA VOZ DE SU AMO con la grabación 
Un pañuelo por la cara (1961) de Genaro Monreal.
El pasodoble se estrenó el 29 de julio de 1961, apenas tres meses después de la muerte de José Oto (18/06/1961). Fue en el zaragozano parque Primo de Rivera (hoy José Antonio Labordeta) en el marco del II Concurso Nacional de pasodobles organizado por el Ayuntamiento de la ciudad. A la historia de amor escrita por Francisco de Val le puso música el también aragonés Genaro Monreal y fue interpretado, una vez más, por su musa Margarita Sánchez a la que ya dedicamos un post hace poco. La banda de música del Ayuntamiento de Zaragoza interpretó todos los temas presentados a concurso quedando éste en segundo lugar siendo el tercer puesto para el hoy popularísimo La ronda del Rabal de Tomás Asiaín y José María Ferrer "Gustavo Adolfo".

Un pañuelo por la cara interpretado por Margarita Sánchez
Fuente: Youtube. Gentileza de barceloneta69

Curiosa resulta también la versión interpretada por el entonces “niño prodigio” Angelito Pachín grabado en Nueva York con el sello discográfico SEECO en 1963.

Un pañuelo por la cara en la versión de Pachín

Fuente: Youtube. Gentileza de Angel Pachin G.M.


Tras su muerte,  José Oto también recibió el homenaje en forma de partitura musical con el pasodoble Recordando a José Oto con música de Juan Bautista Lambert y letra del ya mencionado José Mª. Ferrer que fue magistralmente grabado por el gran sucesor de Oto, Jesús Gracia.


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José María Palomo Jiménez

Muy poco sabemos del compositor del pasodoble-jota  Como la espiga del trigo: Eres tú .  Como la espiga del trigo: Eres tú   interperta...